Un
grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, EEUU,
en colaboración con la Universidad de Minnesota, han desarrollado un importante
avance en dispositivos para ser utilizado en personas amputadas o con algún
tipo de parálisis o trastornos del movimiento.
A
través del uso de una interfaz no invasiva, que conecta el cerebro con un computador
(BCI- sigla del inglés Brain-Computer Interface), es posible conectar un brazo robótico
para ser controlado por la mente.
El
sistema BCI, permite controlar de manera eficaz diferentes dispositivos
robóticos. Para esto el sistema electrónico, utiliza una serie de sensores cerebrales
no invasivos, que detectan las señales producidas por el cerebro, y las
transmite al ordenador donde son descodificadas, y transmitidas a los actuadores.
Hasta
el momento, para este tipo de tareas se requería de implantes cerebrales
invasivos, colocados mediante cirugía cerebral. Un tipo de intervención
quirúrgica extremadamente costosa, limitada a pocos casos clínicos y con altos
riesgos para el paciente.
Con
la implementación del BCI, posibilitaría a los pacientes paralizados, controlar
diferentes elementos de su entorno, o extremidades robotizadas, utilizando únicamente
su pensamiento.
Probado
en 68 sujetos humanos, los investigadores usaron nuevas técnicas de detección y
aprendizaje automático para acceder a las señales neuronales, obteniendo casi
un 60 % de efectividad para tareas tradicionales de centrado, mejorando con la práctica.
Para
el profesor Bin He, jefe del departamento de ingeniería biomédica de la
Universidad Carnegie Mellon, se trata de una tecnología todavía en prueba: los
BCI, utilizan sensores que, al ser no invasivos, reciben señales más débiles,
con una resolución baja, y un control menos preciso.
Sin
embargo, con el tiempo, se espera mejorar estos sensores, facilitando el
control de dispositivos robóticos 2D en tiempo real.